En la anterior entrada había puesto este problema,  en el que negro juega y vive.

Como bien comentaba Nacho, la solución se basa en tratar de escapar (haciendo más base al mismo tiempo), jugando en G2; tras el bloqueo de blanco en H2, negro vive jugando en D1, creando dos ojos.

La gracia del problema es que viene de un joseki real. He comentado varias veces aquí mi pasión por los problemas de vida y muerte «reales», aquellos con formas habituales. Aquí un ejemplo… pero, ¿de donde viene?

Tras jugar en 3-4, blanco puede aproximarse a la esquina, y negro tiene la opción de jugar el famoso kosumi (jugada en diagonal) de Shusaku, en 3.

Imaginemos que blanco decide no jugar localmente, sino que juega en otro lado. Negro con 5 amenaza cerrar una gran esquina. En ocasiones, blanco decide ignorar de nuevo y jugar en otro lado: habitualmente en el lado izquierdo, tratando de anular la influencia que negro trata de construir. El resultado final es una gran esquina de negro, ¿o no?

¿Y si blanco trata de vivir o escapar? Una de las posibles secuencias empieza tratando de tomar la esquina con 2 y 4. Si negro realmente intenta matar, bloqueando por todos lados, al llegar a 9 la posición resultante es el problema antes mostrado.

Ojo: todo esto no significa que, si el oponente empieza este joseki, lo correcto sea ignorar e ignorar. Hay que valorar con mucha medida cuando ignorar. Y recordar que este resultado final, a nivel local, es bueno para quien consigue esa enorme influencia. Así que el que malvive en la esquina debe haber conseguido algo muy bueno en el resto del tablero, o no tendrá sentido.

Por cierto, este problema y algunos otros que estoy preparando (también en formato animación) son del libro «Recetas para vivir en la esquina» (que está en la tienda). Interesante, ¿verdad?