Hablando con Cole, uno de los directores de «The Surrounding Game«, comentó que le preguntaban mucho sobre las diferencias entre ajedrez y Go. Una de las que comentaba era que cada pieza del ajedrez tiene reglas y estrategias diferentes, mientras que las piedras en Go son únicas, todas iguales y simples. En Go uno construye sus propias herramientas a base de combinar piedras creando formas. Uno decide hacia donde y como moverse.

Este comentario nos hizo recordar inmediatamente el aberrante juego fusión, el Gess (Go+chess), inventado en 1994.

El Gess se juega en un tablero de Go, con piedras de Go, y empieza negro. Y ya se acabaron las similitudes con el Go. Como en ajedrez, las piezas se colocan en los cuadrados, y no en las intersecciones. Las piezas son grupos de 3×3 casillas.

La gracia del juego es que un patrón de 3×3 intenta representar los movimientos de una pieza de ajedrez. Las 8 casillas exteriores representan las direcciones de movimiento: si hay una piedra en esa dirección, el grupo de 3×3 puede moverse hacia allí. La casilla central representa la distancia de movimiento: si hay piedra, la que uno quiera; si no, un máximo de 3 casillas.

Por ejemplo, en la imagen vemos que la esquina izquierda tiene un patrón de 3×3 piedras representando una torre: se puede mover arriba, abajo y a los lados, la distancia que uno quiera. A continuación el álfil, dama, rey, etc.

El objetivo del juego es «matar» al rey contrario, para lo cual hay que eliminar todo «círculo» de 3×3 con el centro vacío. En la práctica se empieza apartando los peones para poder sacar el resto de piezas, como en ajedrez. Lo divertido es que se puede elegir un grupo de 3×3 a medio camino entre piezas, de modo que puedes inventar piezas nuevas, que no existen en ajedrez.

¿Mi experiencia? Ni os molestéis en probarlo. Como ejercicio de imaginar un Go asemejado al ajedrez sirve, pero en la práctica es más entretenido jugar al ajedrez o al Go, que por algo han evolucionado durante cientos y miles de años, respectivamente.